El historial clínico es, sin ninguna duda, determinante a la hora de valorar la posibilidad de iniciar un expediente de incapacidad permanente.
Todos y cada uno de los informes médicos que componen el historial clínico constituirán el medio de prueba principal en que fundamentaremos nuestra pretensión, ya sea ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social en fase administrativa, o ante los Juzgados de lo Social en fase judicial.
Todo ello, por razones obvias, pues se trata de los documentos que recogen cuales son las patologías que nos afectan, su evolución y su tratamiento.
Por lo tanto, cuando nos vemos impedidos para trabajar y nos planteamos solicitar la incapacidad permanente, debemos valorar si nuestro cuadro patológico se encuentra bien documentado en los pertinentes informes médicos. De lo contrario, siempre es recomendable pedir cita con el médico especialista de la seguridad social y así subsanar esa falta de documentación médica.
Es importante tener en cuenta también que los informes médicos deben ser más o menos actuales. En el caso de solo disponer de informes médicos de años atrás, es igualmente recomendable acudir al especialista y actualizar la historia clínica.
Cuando solicitamos un informe médico al especialista que ha realizado el seguimiento y tratamiento de nuestra patología, es de vital importancia conocer cuál es el contenido fundamental de dicho informe. El informe médico debe contener:
- Cuadro patológico o diagnóstico.
- Evolución de las patologías que nos afectan. Si estas son crónicas o degenerativas.
- Tratamiento pautado.
- Limitaciones que nos producen las patologías.
Finalmente, cabe incidir en que el informe más importante y el que tendrán en mayor consideración tanto el Juzgado como el Instituto Nacional de la Seguridad Social, es aquel emitido por un especialista de la sanidad pública. Dicho esto, en caso de que el seguimiento de la enfermedad se haya realizado siempre en un centro privado o por un médico privado, estos informes también serán tenidos en consideración.
En definitiva, el historial médico es la prueba fundamental en que basamos las pretensiones de incapacidad permanente. Por lo tanto, es básico disponer de los informes médicos pertinentes, en que se encuentre bien documentada nuestra enfermedad, para poder afrontar con garantías un procedimiento de incapacidad.
En Musolas, Amengual y Pou gozamos de una gran trayectoria y especialidad en casos de incapacidad permanente y nos encontramos a su disposición para cualquier duda o cuestión en relación a la misma.